Un lápiz, un papel y por ultimo un pensamiento,
Estos me miran muy inquietos,
Escríbelo, exprésalo y conclúyelo,
Me cometan mientras los aprecio,
Llego a su valor y concluyo que son versos;
Cae del cielo gotas de silencio,
Sospecho que se aproxima una tormenta de sentimientos,
Tal vez debo recrearlos,
¿Juegos? ¿Qué insólito lo que pienso?
El lápiz, el papel y el pensamiento se aproximan a circularme al destierro
Que intenso,
Que sismo sentimental más diverso;
Mi este siempre esta claro
Y el norte me está llamando.
Momentos de autocracia en mi mente
Donde se define la postura del cómo nace el minuto poco elocuente,
Sobre la mesa la carta del no expresar con ejemplos tangibles,
Ni con reacciones “emos” desagradables,
Tan solo con enredada poesía
Hechas en los recoveco de mi antiguo cuaderno de sicología,
Con letras de una receta muy barata
Sacadas de un libro muy caro y extraño,
Estropeadas por las rápidas pisadas de una gigante grieta
Una grieta hecha de una sequia de una primavera en constante otoño,
Que al mismo tiempo se acompaña con tinta sacada de la lluvia de invierno…
Es esta mi difusa poesía,
Mi sentimental poesía
Y mi negra y romántica poesía
Que corre por mis venas y arterias
Y que el corazón bombea
Al paseo de mis letras por la flor que mi mirada crea
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